29 de julio de 2012

Hace un año. Mudanza, despedida y nostalgia



Pues sí, hace ya un año de todo esto…

Una mudanza más,. La más grande de todas y... ¿la definitiva? Esperemos que sí, y que sea porque estemos tan a gusto donde estamos ahora que ya no haya quien nos mueva. Foios, 29 de julio de 2011.

Este era el aspecto que tenía nuestro salón a puntito de quedarse huérfano de esta familia de locos que lo habitó durante más de año y medio. Foios, 28 de julio de 2011.

Para ayudarnos con la mudanza, pues claro, estuvo Manolo. Por cierto, la caja no pesaba tanto... Foios, 28 de julio de 2011.

Ni contenta, ni triste, lo que estaba era superada por la situación. ¡¡Con unas ganas de que todo pasara.!! Foios, 28 de julio de 2011.


Porque, además, el shock lo era también para Jaime. Pobrecito mío, ¡¡cuánta paciencia tiene que tener con estos padres que le han tocado!! Foios, 28 de julio de 2011.



Semanas antes habíamos preparado un poco el terreno para que la mudanza pasara de ser "inviable" a "una barbaridad": Invitamos a Andrea, Mayte y Fabio a casa a cenar y les regalamos cajas enteras de libros. También nos pusimos en contacto con una ONG para que se llevara el resto y algunos que otros muebles. Foios, 15 de julio de 2011.


Aquí, las profes con su peque. durante la cena posterior al festín literario. Foios, 15 de julio de 2011.


Dejábamos, además, a mi jardín desamparado. Un poco salvaje y con un césped algo rebelde, para mí el mejor jardín del mundo. Y es que lo habíamos creado prácticamente de la nada y era ¡tan agradecido! Foios, 15 de julio de 2011.


La orgullosa jardinera posando con su Dama de Noche, al fondo, la buganvilla. Esta foto, además, es un homenaje a otra, hecha hace muuuucho tiempo a mi madre en Rota. No la subo para no salir perdiendo en la comparación, jeje. Algún día caerá por aquí, lo prometo. Foios, 31 de julio de 2011.


Esta era la vista que había del jardín desde nuestro salón. Ya sé que las tres plantas, Dama de noche, Buganvilla y Jazmín, pedían a gritos una poda, pero es que daban tanto color, tanto fresquito ¡¡y tanto aroma al jardín!! Foios, 31 de julio de 2011.


Jaime y Manolo estuvieron esperando pacientemente a que entregáramos a Enric las llaves de la casa. Las cinco macetas que viajaron hasta Eindhoven, también. Curiosamente, la única que no se ve en la foto (está detrás del incienso), la Violeta Africana, es la única que ha sobrevivido a tanto trajín.  Foios, 31 de julio de 2011.


No sé lo que Manolo le contaba a Jaime, pero la cara de éste es tan expresiva que bien podrían haber estado hablando de la despedida que estábamos a punto de hacerle a la casa. Foios, 31 de julio de 2011.

¡Ay! ¡Siento tanta nostalgia cuando veo estas fotos! Esta casa era muuuuy chula. Y, aunque no todo lo que en ella vivimos es para recordar con alegría, sí que estuvimos muy a gusto. Además, si le sumamos unos vecinos y unos amigos extraordinarios, tanto en Foios como en Valencia, pues es fácil recordarla con mucho cariño. Pero con mucha pena de haberlos dejado a todos. Foios, 31 de julio de 2011.

Así que nada, tocaba despedirse. El día 29 quedamos con las mamás de la Generación 2009 y nos fuimos a cenar a la playa. En la foto sólo hay una pequeña representación del grupo, pero es que era ya muy mala fecha para reunirlas a todas. De izquierda a derecha: Carmina, Alicia, yo misma y Rosa. Cuánto os echo de menos, chicas!!!! Valencia, 29 de julio de 2011.


La anécdota de la noche fue el "street dancing" que se marcaron una marea humana de viejunos que estaban todos sentaditos tranquilamente al lado de la terraza donde cenábamos, en una apacible noche de verano (algo ventosa, he de decir), cuando comenzó la música y todos se pusieron a bailar de manera sincronizada. Obviamente no era esa la primera noche que sucedía, pero nosotros no sabíamos dónde meternos. Qué mejor despedida de Valencia que con este despliegue de folclore patrio: PASODOBLES!!! Valencia, 29 de julio de 2011.

Jaime también se despidió esa noche de sus amigos. Se conocen desde que tenían apenas 3 meses... En la foto, Manolo, Jaime, Arnau (obviamente bastante más mayor, es el hermano de Olivia, que no sale en la foto, tampoco Irene, que también estaba por allí correteando) y Valentina. Valencia, 29 de julio de 2011.


Al día siguiente nos despedimos de las profes de la guarde. Sólo pudieron venir Andrea y Lara. Mayte estaba de viaje. También vino Fabio y estábamos Manolo, Sergio, Jaime y yo. La llorera en la estación de metro de Foios será recordada en el pueblo durante generaciones. Tuvimos tanta suerte en tenerlas como profes de Jaime y como amigas que todavía ni me lo creo. Foios, 30 de julio de 2011.

A principios de julio nos habíamos despedido ya de nuestro bar de tapas preferido de Valencia, el "Entre Rubias", en la calle de Fontanares, en Patraix. Valencia, 2 de julio de 2011.



Lo descubrimos al poco de nacer Jaime y su camarera, María del Mar, se convirtió en su primera conquista. El sitio es estupendo, las tapas originales y muy buenas, pero ella, es lo mejor del "Entre Rubias", ¡un encanto! Valencia, 2 de julio de 2011.



Por último, una despedida más, la del pueblo, la de Foios. Y en verano, Foios es esto: toros por las calles, vallas por todos lados y gente corriendo delante de los estresados animales... En fin, las costumbres. Foios, 30 de julio de 2011. 

En definitiva, más folclore, imposible. Estos dos se hacen aquí los valientes pero faltaban horas para que el toro estuviera en la calle y la valla estaba retirada para que pasaran los coches. Foios, 30 de julio de 2011. 



Ya conté hace tiempo la despedida del Osaka (nuestro restaurante japonés preferido del mundo mundial). No he dicho nada de las empanadillas de Forn Silvia (una locura), ni del mercado de Foios y sus parques (Alameda y Rei en Jaume) que tanto echamos de menos. Más adelante haré alguna entrada con los últimos días que pasamos con nuestros vecinos a modo de despedida (con las Mireias y con Valero; con Claudia, Mirna y Álex, y con Sara y Encarna también). 


Y ya pasó un año enterito (aunque parece que hayan sido siete, siempre digo lo mismo), y nos quedan tantos recuerdos y tanta nostalgia de los tres añs que vivimos en Valencia y Foios, que el recuerdo nos va a durar toda la vida. 


Allí nació Jaime, allí conocimos a los que, con toda seguridad, van a ser nuestros amigos ya para siempre, allí sufrimos y allí disfrutamos, y de allí nos tuvieron que sacar casi a regañadientes. 


¡Y allí queremos volver! Pero de vacaciones, ein? Yo no hago ya más mudanzas, ¡me planto! 


5 comentarios:

  1. Todo tan lejos y tan cerca al mismo tiempo... Afortunadamente hemos tenido cientos de sorpresas positivas aquí en Eindhoven con las que sentirnos como en casa

    ResponderEliminar
  2. ¡Vivan los espíritus aventureros!

    ResponderEliminar
  3. Hermano, yo no me fío ni un pelo de ti. Has sido culo de mal asiento toda tu vida así, crucemos los dedos para que realmente Eindhoven sea destino final y no parada intermedia en tu viaje por este mundo. Pronto nos veremos y lo celebraremos. Ánimo que ya te queda poco para venirte al sur. Eso sí, Esperanza y Jaime te llevarán algunos días de ventaja.

    ResponderEliminar
  4. ¿Habéis abierto ya todas las cajas de la mudanza?
    Qué bien lo tienes documentado. Ahora, que yo me derrito con las fotos Manolo y Jaime

    ResponderEliminar
  5. Abiertas están todas. Ahora bien, deshechas deshechaaaaas...

    ResponderEliminar