3 de noviembre de 2014

Veluwe en otoño



A mediados de octubre ya pensábamos que tendríamos el último fin de semana de buen tiempo del año, luego resultó ser una falsa alarma y hemos disfrutado de días de buena temperatura y solecito hasta ayer mismo. De todos modos no queríamos desaprovechar la oportunidad de pasar una buena jornada de campo y nos fuimos de paseo con Lupe y Pepe al Hoge Veluwe Park, allá por Otterloo, a unos 100 km de casa, tirando para el norte.


Monumento al general Bóer Christiaan de Wet, que no Joseph Mendes da Costa, que fue el escultor. De Hoge Veluwe, 19 de octubre de 2014.

Y el día no estuvo mal. Es cierto que por la tarde se estropeó un poquito y cayeron dos chaparrones tremenos, pero nos dió tiempo a hacer todo lo que teníamos planeado: picnic junto al lago, paseo en bici, caída apara-patosa a la primera pedalada y visita al Kröller-Müller Museum (ésta en realidad la hicieron solos Lupe y Pepe, nosotros ya la hicimos en una de las visitas del Tur, en 2008).


Cuando aún era un día de picinic hicimos uno junto al lago que rodea el pabellón de San Humberto. De Hoge Veluwe, 19 de octubre de 2014.

Esta idílica foto, con paisaje típico holandés de fondo, la hice, más que nada, para recordar a mi enemiga... De Hoge Veluwe, 19 de octubre de 2014.


El paseo en bici, aunque bastante concurrido, fue estupendo. El parque era todo otoño. Una maravilla. De Hoge Veluwe, 19 de octubre de 2014.



Tras el paseo, los chicos listos se fueron al museo, pero la familia intrépida decidió buscar un parque infantil, tomarse un cafetito tranquilos... Fue entonces cuando cayó la más grande y en un regreso de emergencia, llegamos al museo casi sin empaparnos. De Hoge Veluwe, 19 de octubre de 2014.

A las puertas del Kröller-Müller Museum, a punto de emprender el regreso a casa, el grupo posa sonriente. Y Pepe que se colocó justo en el sitio... Veluwe, 19 de octubre de 2014.


29 de septiembre de 2014

Typisch Nederlands: Las compras con paciencia

Animada por uno de los ejercicios que tuve que hacer en mi clase de holandés y que coincidió temporalmente con el descubrimiento del libro “Lekker Nederlands”, de la bloguera canadiense Colleen Geske (Stuff Dutch People Like), en el que debía elaborar una lista con treinta tópicos sobre Holanda y los holandeses, he pensado en crear una serie en el blog para ir contándolos.

Algunos coincidirán, obviamente, con los que se pueden encontrar en el libro antes mencionado, pero los que yo cuente en mi blog estarán basados en mi propia lista (elaborada con la colaboración de Sergio) y en mi experiencia en este bendito país que, a lo tonto, a lo tonto, es ya de cuatro años y siete meses (sumando Nijmegen y Eindhoven). 

Comencemos, pues. Y lo voy a hacer con uno de los tópicos que estamos padeciendo en estos días: Las compras con paciencia.

Finalmente, y rompiendo una larga tradición, nos hemos decidido a comprar una lámpara para el salón. Bueno, es cierto que ya tenemos una, pero no nos convence demasiado y siempre podemos usarla en alguna otra habitación de esta casa tan necesitada de lámparas. 

Así pues, el pasado día 13 se produjo la tan esperada combinación astral y el acontecimiento tuvo lugar: encontramos la lámpara que nos gustó a los dos, que no era excesivamente cara, ni excesivamente vulgar y tenía el color y el tamaño adecuados. Casi con la tienda cerrada, nos acercamos felices al mostrador de "de Bommel Meubelen" y pronunciamos emoncionados la frase: “nos vamos a llevar esa lámpara”.

Ella, tan de nuestro estilo... Meubleplein, Ekkersrijt, Son, 13 de septiembre de 2014. 

¡¡Ay, ingenuos españoles, acostumbrados a comprar en Ikea!! Evidentemente la lámpara no estaba en el almacén de la tienda esperándonos. El joven que nos atendió nos informó de que hacía el pedido y que ya nos avisarían cuando la lámpara estuviese lista para ir a recogerla. Hasta aquí algo normal, esto pasa hasta en España.

Pero no contábamos con el factor “Ruuuustig...” (equivalente al “Me estás estresando” caribeño) de los holandeses.

¿A qué día estamos hoy? A 29 de septiembre, ¿verdad? Bueno, pues aún no sabemos nada de la lámpara. Y lo peor es que aún están dentro del plazo que nos dieron en la tienda: ¡¡de 4-6 SEMANAS!!

Y lo dicen y no se les cambia la cara, ni se ruborizan, ni nada por el estilo. 1 semana, incluso 2 antes de empezar a ponerte nerviosa e irte a hacer una cacelorada a las puertas de la tienda, pero ¡¡de 4 a 6 semanas!!

Exactamente el mismo tiempo que me dieron en Nijmegen cuando se me ocurrió encargar, en un acto totalmente irreflexivo por mi parte, unas cortinas para la cocina en el Kwantum. Y tardaron eso, casi 6 semanas... por estas cortinillas que, además, ¡¡resultaron carísimas!!

Ventana de nuestra casita de Nijmegen, ¡ay, qué añoranza! Nijmegen, 3 de julio de 2007.


Quizás a alguien le pueda parecer normal, incluso demasiado pronto, pero yo no dejo de sorprenderme de la tranquilidad con que se toman aquí las cosas, de lo poco exigente que son estos holandeses. Que te compras una lámpara o un colchón, o la arena para el jardín, o unas cortinas y tienes que esperar más de un mes para tenerlo, ¡pues claro, lo más normal del mundo! Los holandeses y su pachorra, buen título para otra de las entradas de esta serie...

24 de septiembre de 2014

Allá por julio

Las vacaciones de verano de Jaime este año comenzaron el 12 de julio, justo el día en el que llegó Manolo (mejor dicho, cuando dejaron llegar a Manolo, que tenía billete para unos días antes y tuvo que posponer el vuelo por culpa de la burocracia que tiene pensionados a los profesores de enseñanza secundaria hasta casi agosto).


Y es que es llegar Manolo y comenzar la fiesta para Jaime, que no lo deja ni a sol ni a sombra y con el que se lo pasa en grande.

Jaime, el acaparador, maquinando qué gamberrada perpetrar bajo la protección del tito Manolo. Eindhoven, 12 de julio de 2014.

Y, claro, Manolo se trajo la maleta ¡llena de regalitos! En la foto posamos Jaime con su nuevo "Thor" y yo con un chal precioso salido de las artísticas manos de Merchi. Eindhoven, 12 de julio de 2014.

Aunque no dio tiempor para mucho, puesto que el avión en el que Manolo regresaba (esta vez acompañado de Jaime) salía el martes, sólo cuatro días después de su llegada, intentamos hacer alguna que otra visita turística. El domingo nos fuimos al "Funky Food Festival" que se celebraba en el mismo lugar en el que regularmente lo hace el "FeelGood Market" en Eindhoven, un mercado al más puro estilo hippy-holandés. En el mercado, aparte de probar la peor paella de la historia mundial, hicimos esta panorámica que no es ningún montje y que muestra lo que es el clima en este país, un ratito de sol para que luego te caiga encima la tormenta perfecta. (La foto gana si la abres haciendo clic sobre ella, es lo que tienen las panorámicas, que no caben en la entrada del blog...). Eindhoven, 13 de julio de 2014.

El lunes lo pasamos enterito de compras, como siempre, y bajo una lluvia que apenas nos dejó movernos. Pero el martes, antes de ir al aeropuerto, aprovechamos para darnos un estupendo paseo en bici por Genneper Parken. Eindhoven, 15 de julio de 2014.

El paseo no estuvo nada mal, un poco de frío y sensación de ser los únicos locos que paseábamos por Holanda y no estábamos a esas alturas abarrotando las playas de la Costa Brava. Tan alta densidad de población y tantos parques y calles vacías escapa a mi entendimiento. Y al de Manolo, que se pasó medio día comentando: "¡Qué país este!" Eindhoven, 15 de julio de 2014.

El martes, a las ocho y media de la tarde, finalmente, el avión que se llevaba a la pareja para Sevilla nos dejó a Sergio y a mí solitos en Eindhoven. Con la sensación de que sí, que comenzaban unas merecidas semi-vacaciones, sin obligaciones paternales. Pero con un sentimiento de vacío tremendo porque nos separábamos unos días de nuestro rubio, que tanto llena y rebosa nuestro día a día... Eindhoven, 15 de julio de 2014.

Lo mejor era pensar en lo bien que iba él a estar en El Puerto, ¡¡rodeado de gente que tanto lo quiere!! El Puerto de Santa María, 16 de julio de 2014.

17 de septiembre de 2014

Guitarrista

No sabemos si llegará a tocarla bien algún día, ni siquiera si aprenderá, pero fue ver la guitarra y adoptar la pose. Quizás lo que mejor se le dé sea la interpretación, visto lo visto.

Guitarrista y saxofonista durante un ensayo, jeje... Eindhoven, 7 de septiembre de 2014.

Cuando cumpla los seis años ya podrá ir a clase de guitarra, así que nada, lo apuntaremos a ver si lo disfruta. Eindhoven, 7 de septiembre de 2014.


8 de septiembre de 2014

Estreno

Este verano ha tenido lugar en El Puerto de Santa María el acontecimiento sociocultural del año. Nada más y nada menos que el estreno de Jaime Masferrer Izquierdo como espectador del Festival de Teatro de Comedias. Todo ello el mismo día del arranque del Festival, que nos ofreció la obra "Clásicos Cómicos" del grupo Teatro Corsario. 

Ocupando un asiento preferente en tercera fila, generosamente cedido para la ocasión por su tía Merchi, Jaime acudió acompañado de su tío Manolo y de su madre, Esperanza. El Puerto de Santa María, 8 de agosto de 2014.


Aún a pesar del intempestivo horario de la representación, de la obra elegida para el estreno (un clásico recitado en verso) y de la cara de cansado que lució Jaime durante toda la velada, el joven aguantó y, lo más importante, disfrutó a lo grande de esta nueva experiencia. En la foto junto a su madre y de fondo, la figura desgarbada de Alonso de Santos, ese gran dramaturgo, asiduo del festival, que cada año nos deleita con algún que otro gesto de poca educación como espectador. El Puerto de Santa María, 8 de agosto de 2014.

7 de septiembre de 2014

Hace tres años... 7 de septiembre de 2011

Estábamos recién llegados a Eindhoven y desempaquetamos los juguetes que llegaron en la primera mudanza. Estaban todos tan bien organizados que decidimos hacernos unas fotos con la flota de vehículos de Jaime. ¿Dónde estarán ya la mayoría de ellos?

El fotógrafo fotografiado. Eindhoven, 7 de septiembre de 2011.


Con cara de "Mate". Eindhoven, 7 de septiembre de 2011.

28 de agosto de 2014

Despedida

Ya se sabe que esta vida son dos días y uno está lloviendo. Hoy ha llovido por un amigo... Fue un placer conocerte, Luis.


26 de agosto de 2014

Ya queda menos




El día 4 de septiembre es la fecha oficial de salida a la venta de Los Sims 4 en Europa. 

Pero la pregunta que yo me hago es: ¿cuándo los tendré instalados en mi super-mega-nuevo-ordenador? (que casi se estrena con ellos...). Por ahora no tengo ni idea.

El juego va a salir en varias ediciones y yo, claro, quiero la versión coleccionista, faltaría más. Esta edición, entre otras cosas, trae un libro sobre los Sims y yo ese libro lo quiero... en Español, alstublieft!



Así que tenía que encargar el juego en España. Y la única tienda española que tenía la edición coleccionista y enviaba a Holanda a más o menos un precio razonable (18 leros de gastos de envío) era El Corte Inglés. Hasta ahí todo perfecto. Hice mi reserva y a esperar.

Pero ahora el corte inglés me manda un mensaje diciendo que va a haber un retraso, y me explica cuando les pregunto que “que qué, de qué, de retraso de qué!?!?” que “ha habido una rotura de Stock” (!?), pero que esperan recibir el producto en la primera semana de septiembre...

¿Un poco sobreactuados, quizás, los del Corte Inglés? ¿Realmente se va a retrasar el juego y luego más en el camino hasta Eindhoven? ¿O lo tendrán en la primera semana de septiembre como era de esperar...?

Lo llego a saber y pongo en marcha el plan "A", el que pensé de entrada: encargarle a Manolo que me comprara el juego y me lo enviase. Saldría más caro el envío y tardaría 3 o 4 días más que en paquetería urgente, aparte de embromar a Manolo una vez más, pero no andaríamos con tanta tontuna de incertidumbre...


¡¡Deseadme suerte!!


25 de agosto de 2014

Curso 2014-2015

Para los que vivimos en Eindhoven hoy ha comenzado el curso 2014-2015. Jaime ha vuelto al cole y yo a la biblioteca (Sergio ya acabó sus vacaciones el 13 de agosto, lo suyo es otra historia, pobre...).

Y de estreno: ¡camiseta, jersey, mochila, lunchbox y tenis nuevos! Iba con una pena... Eindhoven, 25 de agosto de 2014.

Y como siempre, los primeros días son complicados, más bien agotadores. Días en los que parece que todas las fuerzas que va una acumulando durante las vacaciones, con toda lentitud, se esfuman en la primera hora que pasas de pie colocando libros en las incómodas estanterías de esta biblioteca que no termina nunca de estar lista. 

Este es el panorama que me encontré junto a los Reizen boeken, los libros de viajes. Eindhoven, 25 de agosto de 2014.

Así que nada, de alguna manera había que compensar.


Gracias a Bélgica, a sus Carrefours, a las patas de cordero, a internet con sus miles de páginas de recetas y a nuestro horno por esta estupenda cena de principio de curso. Otra tradición que podríamos instaurar. Eindhoven, 25 de agosto de 2014.

8 de julio de 2014

Blog

Hace (mucho) tiempo que no escribo en el blog. Eso no está nada bien. El pobre se tiene que conformar con una entrada de vez en cuando con algún vídeo a destiempo. Y eso tampoco está bien.

Ahora que llegan las vacaciones de verano y pensando en ir organizando el nuevo curso, estoy decidida a que esto hay que solucionarlo, que tengo que encontrar el hueco. Para el blog y para otras miles de cosas. Pero sólo de pensar en ponerme a hacer otro horario, en pasarme otra vez medio verano dándole vueltas a la cabeza para organizar de manera efectiva el (poco) tiempo libre que tengo ya me voy estresando.

Y es que no se trata sólo de organización, es también un problema de constancia, de establecer objetivos y prioridades y cumplirlos, de centrarse y no andar ideando nuevos proyectos a un ritmo imposible de seguir...

En definitiva, que hago balance, una vez más, y el resultado es desolador. De todos modos, tampoco es hoy un buen día para nada. Ando peleada con el mundo, con el idioma holandés, con el verano holandés tan “peculiar” que tenemos hoy, conmigo misma por todo, con todos por todo...

Al menos el cabreo me ha servido para escribir una entrada en el blog, mira por donde.

Y como todas las entradas van con foto, ésta no iba ser menos. Que por muy cabreada que esté no hay que perder las buenas formas. Además, nunca una excusa es mala si de lo que se trata de colgar fotos de Jaime. 

Voetballer of... 
"Basketballer"? ¿Y por qué no mejor las dos cosas?
Eindhoven, 15 de junio de 2014.

26 de junio de 2014

2014 en imágenes. Abril

¡¡Por fín el vídeo de abril!! El de mayo y el de junio están aún en el horno. Todo se andará...



Primero selecciono, luego voy montando el vídeo y descartando. Y, bueno, algunas de las descartadas se merecen otra oportunidad, ¿verdad?






13 de junio de 2014

Futebol!


Esta tarde dejaremos nuestros libros de Sartre y Kant a un lado (porque eso es lo que hacen los españoles cuando no ven deporte por la tele, no?) y nos sentaremos frente a la televisión (holandesa), con Tiempo de Juego sonando a toda leche y a disfrutar del debut de "nuestras selecciones" en el Mundial que va a ganar Brasil... perdón, que se celebra en Brasil, quería decir.

Y no lo haremos de cualquier manera, no. Jaime se vestirá con su camiseta de la selección y los tres juntos usaremos el kit para hinchas emigrantes que mis hermanos me han mandado desde España.


Ellos no saben la emoción que ha sido abrir el paquete y empezar a sacar las banderas, la bufanda, la trompeta... En fin, que de repente hemos pasado de ser "la tranquila familia de españoles que vive al principio de la calle" a "esos escandalosos forofos españoles que van a animar a su selección desde territorio enemigo". 

Pero bueno, llevamos semanas viendo como los holandeses se van emocionando y decorando sus casas, y atestando las tiendas de adornos y merchandising de la Oranje. 



Así que, bueno, este pequeño reducto que es Enzerink-1, va a permirtise esta tarde el lujo de lucir esta banderín en su jardín. Que nadie se ofenda... O eso espero. 


Y para ya acabar de ambientarme y de meterme más en situación (como si hicera falta) pues me he visto por fín, unos de los tan recomendados programas de TVE "Ochéntame otra vez" (gracias, Merchi). Concretamente el que habla del Mundial 82. Un estupendo reportaje que, a pesar de partir hablando del nefasto papel que hizo nuestra selección es esa ocasión, hace todo un homenaje a la que ganó el Mundial de Sudáfrica.


Y si alguien se queda con ganas de más, éste otro de Canal+, también del Mundial de Sudáfrica, es de los que te ponen los vellos de punta... Con permiso de Nietzche...

31 de mayo de 2014

Día de compras

El resultado de lo que es para mí el día de compras ideal:

De fondo los tres corazones que me regalaron mis chicos el día de la madre y que parecían hechos para estar justamente ahí, juntitos. Eindhoven, 30 de mayo de 2014.

Y el jardín que va tomando forma y color. El publireportaje está al caer, que ya toca.


18 de mayo de 2014

Poffertjes

Esta mañana nos hemos despertado con espíritu gastronómico holandés y hemos decidido estrenar nuestra sartén para hacer Poffertjes, estupendo regalo que me hicieron mis chicos hace unos meses. 

Tras varios intentos fallidos, con la masa pegada a la sartén y a punto de tirar de Youtube, finalmente hemos dado con la clave y las herramientas adecuadas. Eindhoven, 18 de mayo de 2014.
Y nos han salido Poffertjes para invitar al vecindario... O a quien quiera pasarse por casa para probar la gastronomía local. Eindhoven, 18 de mayo de 2014.
¡¡En el jardín los esperamos!! Eindhoven, 18 de mayo de 2014.

10 de mayo de 2014

Roma. Día 1. "Sí, somos guiris."

Por si alguien de mi entorno más o menos cercano aún no se ha enterado, efectivamente, hemos estado en Roma de vacaciones. 

Aprovechando las "Meivakantie" de Jaime nos hemos ido a visitar a "La Grande Bellezza". Me refiero a Andrea, claro, estupenda amiga, infatigable profesora de la guardería de Jaime de nuestra época valenciana y que vive,  desde hace unos meses, en los alrededores de Roma, o lo que es lo mismo, a dos horas en servicio público desde el centro un domingo por la tarde (basado en un hecho real) .

Y, de paso, hemos hecho algo de turismo, sólo un poco.

Como buenos turistas de clase media lo primero que hicimos, una vez confirmado el viaje, fue adquirir dos guías de Roma, una de ellas dedicada a los niños. Dos gastos innecesarios. 

Lo segundo, buscar un buen B&B, baratito y céntrico. Finalmente reservamos en un hotel de dos estrellas, "Okapi Rooms". Precio razonable, localización perfecta (a 100 pasos mal contados de la Piazza del Popolo), habitación bonita, limpia y cómoda, personal agradable y buen servicio. Lo único mejorable (aparte de la wifi) fue el desayuno pero, como éste es opcional y no lo sirven ellos sino un bar cercano, se les puede perdonar. 

Con la (nada recomendable) guía en mano, guardando cómoda cola para subir al avión (ahora que Ryanair parece haber reconvertido su negocio de transporte de ganado bovino en uno de transporte de personas humanas) y con cara de pseudocultureta, Sergio preparado para el turismo. Jaime, a lo suyo. Eindhoven, 2 de mayo de 2014.

Así que llegamos a Roma, y a una hora estupenda para no dar el viernes por perdido. No lo pensamos demasiado y nos fuimos a dar nuestro primer paseo juntos por Roma. 

Lo primero, la vecina Piazza del Popolo, rebosante de gente y de vendedores/acosadores ambulantes. Y las magníficas Iglesias gemelas que son vértice del famoso tridente urbanístico que forman la Vía del Babuino, la Via del Corso y laVía di Ripetta. Roma, 2 de mayo de 2014.
Desde la Piazza del Popolo iniciamos unos de los itinerarios sugeridos por la guía. Un poco cansados de ver portadas de Iglesias cerradas y cuando en un cruce de la Via del Corso descubrimos, de lejos, la Piazza di Spagna, decidimos cambiar el rumbo. Roma, 2 de mayo de 2014.
Como era de esperar, las escalinatas estaban a reventar y el ambiente era estupendo. Pero para no romper con la tradición, más bien maldición, que me acompaña en mis visitas a Roma (hasta el momento sólo dos, no crean), la famosa "Fontana della Barcaccia" de los Bernini (padre e hijo) estaba cubierta por restauración. Roma, 2 de mayo de 2014.

El ímpetu de Jaime nos obligó a subir hasta lo más alto de la plaza y, desde allí, las vistas eran envidiables. Roma, 2 de mayo de 2014.

Y tras la Piazza di Spagna, tocaba la visita a uno de los monumentos más visitados de la ciudad. Y de cerrar una herida (siento ser tan trágica, pero es que el trauma fue tremendo). Hace 24 años, en abril de 1990 (hase ná y meno), visité Roma por primera vez con mis compañeros del Instituto Santo Domingo. El viaje fue inolvidable, espectacular, etc. etc. Pero la Fontana di Trevi y, atención, ¡La Capilla Sixtina! (para ser justo, sólo El Juicio Final), estaban cubiertos por restauración. Que no los pude ver, vaya. Y ese trauma había que superarlo. 

Y, bueno, pues sí, se superó. Tremenda, ¿verdad? "No hase falta desir nada más..." (perdón por el chiste que sólo entenderé yo y pocos más de los que lean este blog pero era lo que me pegaba...). Roma, 2 de mayo de 2014.

El último día, ya en el aeropuerto, le preguntamos a Jaime que qué era lo que más le había gustado de la visita. Luego ha dicho que La Capilla Sixtina, pero entonces, en caliente, no lo dudó, La Fontana, a la que, por supuesto, arrojó su moneda para así poder volver algún día. Roma, 2 de mayo de 2014.


Pero lo que son las cosas. Aquella vez, con la decepción y la mala leche que me entró de verla sin poderla ver, no lancé ninguna moneda. Y, sin embargo, ahí estaba yo, otra vez, toda feliz. Roma, 2 de mayo de 2014.

Esta última foto fue todo un logro. Parece que no hay nadie a nuestro alrededor y que posamos tranquilamente. Lo cierto es que cuando llegamos a la plaza la fuente estaba tomada, literalmente, por cientos de turistas que, gracias a Neptuno, huyeron despavoridos cuando comenzó a llover. Fue entonces cuando aprovechamos y tomamos posiciones más decentes. Luego llovió un poco más y decidimos huir nosotros también en busca de cobijo y de algún sitio en el que cenar. Como buenos guiris desorientados, nos adentramos en un infame restaurante donde nos sirvieron tarde y mal, donde la comida no estuvo a la altura de las ganas de comer comida italiana en Italia que teníamos y donde nos estafaron con el precio. Cosas que pasan. 

 Pero en realidad tampoco nos importó demasiado. Comimos, descansamos un poco y, al salir, aún bajo la lluvia, pero esta vez iluminada, ahí seguía la Fontana y nuestras ganas de fotografiarla. Roma, 2 de mayo de 2014.


Nos volvimos después al hotel, paseando por la Via del Corso y guardando fuerzas para el sábado, que nos esperaban el Coliseo, el Palatino y el Foro, ahí es nada. 

(Por cierto, entrada número ¡¡¡400!!!)