8 de septiembre de 2006

“El actor que insultó a España”

Este fragmento de titular extraído de la portada de mi periódico “preferido”, La Razón (quizás debería dejar de mirar todos los días su portada, la verdad. Tal vez sería un poco más feliz…), me ha hecho reflexionar sobre las personas que insultan a España. En el titular se refieren a Pepe Rubianes, el actor que, en el contexto de una entrevista en la que se fomentaba su carácter más provocador y de actor bufón, se lió la manta a la cabeza y comenzó a despotricar sin miramientos contra aquellos fachas convulsivos que estaban levantados en armas con todo el tema del Estatut Catalán y la ruptura de la España (EHPAÑA!!!) que tan unida dejaron los Reyes Católicos y Aznar, y que, como se ha podido comprobar, ha tenido lugar y ahora cada uno pertenecemos a un país distinto. (Yo, personalmente, soy del país de Los Sims, mira por donde y aprovecho para meter la cuña: mi país de Los Sims se llama Hooba Noobie y está todavía en construcción). En fin, que se me va la olla.

Digo que me ha dado por pensar en aquellos que insultan o han insultado a España, como país. Ahí van:
Number one: Aznar, que nos hizo quedar tan mal ante todo el mundo y que cuando tiene la ocasión insulta sin compasión al país que lo aguantó durante 8 años, que se dice pronto.
Number two: El Lopera, Jesús Gil, y todos los nazis violentos que van a “animar” a los campos de fútbol. Luego quieren ganar Campeonatos del Mundo, con la gentuza que orbita alrededor de este deporte.
Number three: “Macarenaaaa, Aaaaah!!!” La música que se importa desde España a todo el mundo.
Number four: Los toros, costumbre ancestral que no se ha dado aún cuenta de que torturar animales no está nada bien visto en este siglo. Tampoco estuvieron bien visto en su momento los sacrificios humanos de vírgenes adolescentes y se dejaron de hacer…
Number five: La Santa Iglesia Católica Apostólica y Romana, que se manifiesta por las calles en contra de los derechos de los homosexuales. Exactamente como Jesucristo, al lado de los más desfavorecidos por el sistema.
… Y bueno, podría seguir, pero lo he pensado mejor. Que insulte a España quien quiera, que realce a España quien quiera, que insulte a Cataluña quien quiera, que brinde por la independencia del País Vasco quien quiera, que hable mal de Benicio del Toro quien quiera, o de Heath Ledger, o del Puerto de Santa María… Pero ¿no teníamos una democracia que garantizaba la libertad de expresión? ¿Es válido insultar a unos y a otros no? ¿Se puede insultar a Cataluña desde un medio de comunicación llamándola insolidaria, sectaria y enemiga de la libertad y no se puede decir desde otro medio que los fachas se metan su “España” por el culo (es lo que dijo Pepe Rubianes, ein)? Pues yo creo que sí, que se puede decir lo que se piensa y “er que se pique, que se arrasque”. Y si se ofende y se reclama una rectificación, pues allá cada uno si quiere darla o no, allá cada uno con su conciencia. Yo digo desde aquí que no soporto a Matías Prats y que deje de hacer anuncios en radio y televisión que me salen sarpullidos cada vez que los oigo o veo y no pasa nada, Matías, si te he ofendido tanto que te vas a poner a quemar banderas de mi país (Hooba Noobie, repito), pues te pido perdón y no sabía que eras tan sensible, hijo.
¡¿Por qué no hacemos un esfuerzo entre todos para dejarnos en paz unos a otros de una vez?! Ay!, ¡Qué vuelta al trabajo tan complicada....!
Padiesha
(En las fotos todos con su banderita. Pobre Iberia!!)