18 de abril de 2006

Política divertida

En el Ayuntamiento de Almería han decidido cambiar el nombre de una de las avenidas de la ciudad, llamada “Avenida de la Estación”, por el de “Avenida de Manuel Fraga Iribarne”. Bien. Razones para tal cambio: “Ya hay demasiadas calles con nombres de gente de izquierda”.
Ante tal aplastante razonamiento sólo cabe preguntarse, ¿qué le pasa a la gente? ¿a qué viene tanto cabreo?
Todo el asunto se agrava si se leen las distintas declaraciones de los políticos implicados en el tema. Por una parte tenemos a los políticos en el poder, a los que han tomado la decisión. Uno de los concejales del Ayuntamiento hacía unas declaraciones gloriosas para la radio hablando en estos términos (tono de cabreo sudoroso): “Yo no sé de qué se quejan ahora, ellos que tiene tantas calles de gente de izquierda, lo que pasa es que se han convertido en unos nacionalistas que cada vez quieren menos a España”. Verídico, yo lo oí y otros testigos también lo oyeron, no me lo invento.
Por otro lado, la oposición responde de esta forma (el tono lo desconozco porque esto lo he leído, pero espero que fuera de guasa absoluta): “Si en un momento Fraga dijo la calle es mía ahora podrá decir también la avenida es mía”, y “algún día a lo peor deciden denominar José María Aznar al Paseo y dedicar cualquier plazoleta a Mariano Rajoy, a Ángel Acebes o a Eduardo Zaplana” (ojo, sólo una plazoleta a Rajoy, ¡qué insulto!).
Bueno, qué divertida puede ser a veces la política, ¿verdad?

Padiesha



El baño de Palomares, 1966. El acto más
relevante de Manuel Fraga en Almería
(que se recuerde, claro)