El
segundo día de nuestra visita a Valencia (que yo sigo titulando
“Tornada a Valencia” porque nadie me lo ha corregido, no sé si
porque está bien o porque no habéis leído la entrada, que todo
puede ser…), lo aprovechamos para descansar y disfrutar un poco del
regalo que nos había hecho Carmina: alojarnos en su chalet.
Jaime
había pasado una noche complicada. Tras más de un año volvió a
colocarse un termómetro y a marcar unas décimas ¡Demasiadas
emociones para un cuerpo tan pequeño! Olimar, 2 de noviembre de
2012.
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Pero
nada que no solucionara una buena ración de sushi en el Osaka III.
Carmina, Lele y Valentina se nos unieron a unos de los rituales que
más añoramos. Valencia, 2 de noviembre de 2012.
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Nuestros
anfitriones. Valencia, 2 de noviembre de 2012.
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Había
que verlos a los dos, camino de la Fnac, haciendo de papás del pobre
muñeco. Valencia, 2 de noviembre de 2012.
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Pero
claro, fue llegar al chalet, despertarse y a jugar con Andrea y
Mayte. De la fiebre ni se habló. Lo llegamos a saber... Valencia, 2
de noviembre de 2012.
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Ya
lo he dicho mil veces, pero es que ¡qué suerte tuvimos al
conoceros! Valencia, 2 de noviembre de 2012.
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Finalmente
nos fuimos a la cama, con pingüino incluido. No hubo concierto del
Tote pero tampoco fiebre. Y esta sonrisa vale por todos los
conciertos del mundo. Valencia, 2 de noviembre de 2012.
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Te acuerdas cuando estuvimos buscando guardería para Jaime? Desde luego escogimos bien, porque a partir de ahí empezásteis a conoceros.
ResponderEliminarQue grande se ve a Valentina y lo guapa que está!la recuerdo de las fotos de cuando estabais en Valencia.
Digo que si me acuerdo... si lo hubiéramos metido en la otra!! Esclavizao limpiando, jajaja!!
EliminarValentina está preciosa, tan mona!! El shock ha sido verlos a todos juntos y, madre mía, cómo crecen!!